jueves, 13 de diciembre de 2007

IGLESIA Y LEY DE CONVIVENCIA

La homosexualidad es una forma de conducta. Conducta, según define el diccionario de la Real Academia es la manera con que los hombres se comportan en su vida y acciones.

La homosexualidad y la religión están estrechamente relacionadas, pues el hombre según la creencia cristiana es la imagen de Dios. Pero este tipo de relaciones están vistas por la religión como algo antinatural, específicamente la iglesia no rechaza a los homosexuales sino a los actos por ser intrínsecamente desordenados

Las manifestaciones de rechazo son variadas y por lo general desde lo verbal hasta los movimientos que ciertas instituciones hacen para salvaguardar la paz de un individuo con la divinidad

Pero no solo las parejas homosexuales sufren esta discriminación por no seguir las leyes, sino también las personas parejas que aun no han cumplido con ese contrato social que es el matrimonio.

Una de las principales religiones que cuestiona la homosexualidad es la católica y que la ha condenado.
Como la mayoría de latinoamericanos yo me crié en el seno de una familia católica Muchas personas en la comunidad católica y cristiana se aferran a pasajes de la Biblia que condenan los actos de homosexualidad.

Por esta razón algunas personas o se separan completamente de su religión y sus creencias (si es que ya no lo estaban anteriormente).Yo particularmente creo en un ser supremo aunque no me considero de ninguna religión en especial y la verdad estoy convencido que en su reino de amor el no puede condenar precisamente eso el amor entre dos personas sea cual sea su sexo u orientación sexual.
Para los que se aferran a la Biblia en su actitud a este respecto creo que el mensaje que esta presenta depende en la interpretación tanto de los diversos traductores como del lector final. Un mismo pasaje puede significar cosas completamente distintas para diferentes personas. Existe un documento que analiza uno a uno los pasajes que atacan la homosexualidad y los pone en un contexto más realista.
En fin cada quien interpreta su vida y sus pensamientos de una forma distinta
Varios libros Bíblicos nos hablan sobre el Homosexualismo, especialmente del Pecado, en una sociedad que solo pensaba alcanzar el numero de personas para ser un gran país, y eso se daría con la procreación, teniendo asi como faltas graves cualquier "practica" que atente contra lo destinado por la sociedad.

La religión no esta muy de acuerdo con la unión de parejas del mismo sexo ya que dice que dios por eso hizo al hombre y a la mujer para que estuvieran juntos.
Como ya se menciono en líneas anteriores la homosexualidad se considera como algo fuera de las leyes divinas. Si bien la iglesia dice no rechazar a los homosexuales con sus actos parece que si, no esta de acuerdo mucho menos en que adopten hijos por que piensan que no es un buen ejemplo para los niños

La iniciativa de ley de las Sociedades de Convivencia ha generado una gran controversia. Las personas directamente interesadas, homosexuales, sus familias y personas que abogan por el derecho de las minorías buscan que ésta se apruebe, pero esta la opocision los conservadores temen que con ella se atente contra la familia y contra el matrimonio mismo por lo que consideran que sería negativo que una iniciativa así se aprobara.

¿Cómo podría afectar directamente al matrimonio heterosexual que dos personas del mismo sexo tengan una serie de garantías, o que dos personas que viven juntas y que no son pareja cuenten con un respaldo legal? Entiendo que el argumento es que de manera “natural”, el matrimonio debe ser entre personas de distinto sexo según la iglesia y la sociedad. Pero en realidad la sociedad de convivencia no es un matrimonio, ni tampoco es exclusivo para homosexuales. Es un contrato entre dos personas, independientemente de su sexo, que acuerdan apoyarse en la tutela, alimentación y sucesión.

Eso quiere decir que si dos personas viven juntas de común acuerdo y comparten una propiedad, cuando uno de ellas muera la otra podrá reclamar la casa. O que si una de las dos personas en el contrato, enferma, la otra tiene autoridad para tomar decisiones sobre su salud, como hacerse responsable en una intervención quirúrgica. Y también, quiere decir, que si dos personas del mismo sexo, que son pareja, quieren vivir juntas y desean contar con garantías de alimentación, patrimoniales y de sucesión pueden hacerlo. Pero no sólo ellas, ni tampoco son declarados marido o mujer, ni juran amarse y respetarse ante la ley, eso ya es asunto personal; parte de su vida privada.

Que no estén conformados legalmente como una unidad, no significa que las parejas homosexuales no existan ni que haya grupos de personas que no son parientes y que viven juntas. Lo que sí significa, es que con frecuencia se enfrentan a una serie de complicaciones innecesarias y que por no cumplir con un modelo tradicional de convivencia, ven reducidas sus garantías como individuos, homosexuales o heterosexuales.
Quien tiene dentro de sus planes formar una pareja con alguien del sexo opuesto, casarse por lo civil, con una ceremonia religiosa y luego tener hijos, no lo va a dejar de hacer porque otras personas tengan garantías aún cuando vivan en situaciones diferentes. Y quienes son del mismo sexo y deciden vivir en pareja, tampoco lo van a dejar de hacer porque el resto no lo apruebe.
Negar lo que ya existe muchas veces sólo deja a más gente desprotegida. Un ejemplo de un caso distinto, pero que igual habla de la negación de la realidad y la desprotección. En Chile estuvo prohibido el divorcio hasta hace muy poco que se tomó la opción de permitirlo siempre y cuando quedara estipulado en el contrato inicial.

Es decir que ahora, el día que usted se casa le preguntan “¿lo quiere con opción de divorcio o no?”, una pregunta un poco incómoda cuando está firmando que se une a la persona que ama y tiene toda la ilusión de que la relación dure. Eso no significó que la gente no se separara y se volviera a casar. Lo único que había que hacer era decir que alguna declaración como la dirección de uno de los testigos era falsa y el matrimonio quedaba anulado. los hijos de esa unión pasaban a ser “naturales” y al haber sido concebidos fuera del matrimonio, no gozaban de los mismos derechos que los demás niños o que los hijos del padre o la madre con su nueva pareja.









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